2. El verano pasado un niño llamado Benjamín fue
al zoológico para ver los animales mientras su
mamá se iba de compras.
3. Benjamín era un niño que se divertía
molestando a los animales. Le encantaba tirarles
maní en la cara, lanzarles piedras y tirarles la
cola, si podía.
4. Ese día sus amigos Paulo y Doménico decidieron
acompañarlo y se sorprendieron mucho al darse
cuenta del comportamiento de Benjamín.
5. El niño pensó que sus amigos se iban a
reír con sus travesuras.
6. Por ejemplo, se acercó a los monos
sigilosamente y los asustó con
gritos, fue donde el león que estaba
durmiendo y le tiró la melena,
agarró las botellas de los basureros
y las lanzó a los animales, tomó la
comida de los animales y la tiró al
suelo. Además, les robó los
plátanos a los monos y se los
comió.
7.
8. Los más grave es que le echó vinagre al agua de
los animales quienes empezaron a vomitar.
Muchos de ellos se enfermaron.
9. Sus amigos le dijeron: -“ Por favor
Benjamín, deja de maltratar a los animales
porque a ellos les duele”. “Me da lo
mismo, estos animales no hablan”.
10. Los niños se quedaron discutiendo mucho rato y
sin darse cuenta se hizo de noche y los guardias
cerraron las puertas del zoológico.
11. Los animales aprovecharon la oscuridad de la
noche para asustar a Benjamín porque estaban
furiosos de lo que el niño les hizo ese día.
12. Hicieron una junta y acordaron salir de las jaulas
que estaban abiertas, debilitadas por el frío.
13. Empezaron a gruñir y a sacar sus garras.
Entonces Benjamín se puso a llorar y
comprendió como se sentían los animales.
14. En ese momento los animales le dieron una
oportunidad para no atacarlo y Benjamín les
pidió perdón.
15. Finalmente el niño les prometió que nunca
más iba a molestar a ninguno de los
animales y les hizo cariño.
16. Después el león, que andaba justo con una llave en su
cola, abrió la puerta principal para que los niños se
fueran a su casa y todos los animales se fueron a
dormir a sus jaulas.