Un pajarito tenía el ala rota y no podía volar con sus amigos. Buscó refugio en varios árboles pero todos se negaron a ayudarlo excepto un abeto. Un pino y un enebro también ofrecieron su ayuda: el pino protegería al abeto del viento para que el pajarito estuviera más abrigado y el enebro le daría bayas para que se pusiera fuerte. Cuando llegó el invierno, el viento sopló suavemente entre esos árboles para no dañarlos, por lo