El cuento introduce a Daniel, un niño que recibió como regalo de cumpleaños de su abuelo una caja llena de letras brillantes que forman palabras amables. Su abuelo explica en una carta que estas palabras mágicas pueden hacer reír a los tristes, abrir los corazones de los demás y enseñarnos a escuchar sin hablar. Daniel juega contento formando palabras y descubre que las palabras amables son mágicas y pueden abrir puertas en los demás. Al final, Daniel invita al lector a intentar ser también un