Mauricio Macri representa la esperanza del establishment económico argentino de controlar directamente el Estado y alejar el riesgo político. La familia Macri siempre se benefició de los negocios con el Estado, primero durante la dictadura y luego en democracia. Recientemente, desde que Macri es jefe de gobierno de Buenos Aires, el clan Macri ha dejado de ser solo un contratista para pasar a formar parte del Estado, con el objetivo de transferir los recursos públicos al sector privado y socavar la democracia.