El documento describe el movimiento arquitectónico del deconstructivismo, que se caracteriza por la fragmentación y distorsión de elementos estructurales y de diseño. Surge a finales de los años 1980 e incluye exponentes como Jacques Derrida, Peter Eisenman y Frank Gehry. Los edificios deconstructivistas se identifican por su apariencia caótica pero controlada, con formas irregulares y superposiciones diagonales que contradicen principios arquitectónicos tradicionales.