El documento describe las corrientes arquitectónicas del siglo XX como el funcionalismo racionalista y el organicismo, caracterizados por la simplificación de formas, ausencia de ornamento y renuncia a lo clásico. Aprovechó nuevos materiales como el hormigón, acero y vidrio. Destaca a Le Corbusier, admirador de líneas puras y el hormigón como Villa Savoye y la capilla de Notre Dame du Haut. También a Frank Lloyd Wright por su racionalismo, minimalismo, transparencia y amplitud en obras como Casa de