La familia es responsable de asegurar los derechos de los niños y adolescentes. El Estado debe asegurar políticas y asistencia para que la familia pueda asumir esta responsabilidad. El Estado, la familia y la sociedad deben asegurar con prioridad absoluta todos los derechos de los niños y adolescentes. La Constitución protege a la familia y establece los derechos y deberes de sus miembros.