Para tener un buen rendimiento escolar, es importante mantener una alimentación saludable. Esto incluye garantizar un desayuno balanceado con lácteos, cereales, frutas y proteínas, ya que un desayuno desequilibrado puede causar que los niños pierdan atención y se sientan cansados. La familia y los educadores deben fomentar hábitos alimenticios saludables.