La teoría de los fines de la pena se ha centrado en dos concepciones clásicas opuestas: las teorías absolutas y las teorías relativas. Las teorías absolutas consideran la pena como una exigencia absoluta e ineludible de la justicia para aquellos que cometen delitos de manera culpable. Platón concibió la pena en sentido absoluto como un imperativo categórico derivado de la realización del hecho culpable.