El documento describe dos milagros ocurridos durante la procesión del Señor de los Milagros en Lima, Perú en 1920. Rosa Angélica Castro, una joven tullida, pudo caminar nuevamente después de ver la imagen del Señor de los Milagros en el Templo de la Encarnación. Otro relato describe cómo Rosa Oquendo, quien sufría de parálisis, también pudo levantarse y caminar al pasar la procesión frente a donde ella estaba. Ambas mujeres recuperaron inexplicablemente la capacidad de caminar después de ver