Integridad, moralidad y dignidad, son tres valores, de los que carece totalmente este gobierno, que hace que reacciones espontáneas ciudadanas, civiles y apolíticas, sean más comunes y de hoy en adelante la gente pierda el miedo y comience a expresar las más inimaginadas formas de manifestar su repulsión a los dos sujetos de dirigen la nación desde hace más de doce años.

1. Dignidad e Integridad
Juan Manuel Arias Castro
Claro, la respuesta fue inmediata y al mejor estilo “jacobino”. Aquella señora que propició
un escupitajo al segundo mandatario de la nación, ha sido denunciada bajo la acusación de
discriminación y racismo, dando inicio auna cacería,que me trae a lamemoria las matanzas
en el Porvenir y las ejecuciones en elHotel Las Américas,tenebrosos montajes que sirvieron
para acallar, apresar, perseguir, amedrentar y exiliar a todos aquellos que se opusieron, en
aquel entonces inicios de la gestión de gobierno del MAS.
Obvio ese escupitajo, que fue registrado en un video y que se viralizó en las redes sociales
del mundo entero, lo que se mostró en realidad, no fue el acto en sí del escupitajo, lo que
se vio fue la reacción espontánea de una mujer madura que expresa el sentir de más del
sesenta por ciento de los bolivianos, que se sienten indignados por la forma en que este
régimen quiere apoderarse para siempre del poder, violando las leyes, violando la
Constitución, violando los resultados de un Referéndum, demostrando una pésima imagen
política, de integridad, moralidad y dignidad.
Justamente esos tres valores, de los que carece totalmente este gobierno, hace que estas
reacciones espontáneas ciudadanas, civiles y apolíticas, sean más comunes y de hoy en
adelante la gente pierda el miedo y comience a expresar las más inimaginadas formas de
manifestar su repulsión a los dos sujetos de dirigen la nación desde hace más de doce años.
Por eso es el juicio a la valiente señora. Como diría el jacobino de Linera: vamos a sentarle
la mano a todos estos atrevidos.
¿Discriminación y Racismo? Nunca. Indignación e integridad. Eso es lo que pasó.
Alguien decía, del grupo de los aduladores y congraciadores, no se puede faltar el respeto
a una autoridad. De acuerdo. Pero si esa autoridad, permanentemente se burla, denigra a
personas, insulta a todos, pisotea la dignidad de los ciudadanos, desconoce el voto,
desconoce las leyes, tiene actitudes antidemocráticas y usa a su hijo de corta edad para
hacer política, ¿acaso merece respeto? ¿Cuándo se ha visto al segundo mandatario
haciendo algún acto digno? La respuesta nuevamente es nunca. Porque el respeto a la
autoridad, la confianza en la autoridad se pierde, se desvanece, se esfuma. El respeto no se
impone, se lo gana.
¿Cuándo se ha visto al segundo mandatario hacer un discurso, si es que no denigra e insulta
a la gente? ¿Cuándo el vicepresidente ha sido integro, honesto y decente?, entonces como
se conoce que todas esas preguntas tienen respuesta y ésta es nunca, ¿de qué respeto
estamos hablando?

2. Bolivia está dividida, sí. Entre los masistas autoritarios y abusivos, y los ciudadanos que
están cansados del abuso, de la persecución, de la infamia. Entre los que se benefician del
poder y los que están buscando plata para pagar el segundo aguinaldo. Entre los que no
creen en los valores morales y la decencia, y aquellos que creen en la democracia, los
derechos humanos y sobre todo en la libertad.
Por eso, es que la alternancia en el poder, la democracia y el respeto a las reglas del juego
debe respetarse. Bolivia está cansada de tanta iniquidad.
Escrito el 24 de octubre de 2018