Este documento discute la relación entre sostenibilidad y crecimiento. Argumenta que el término "sostenibilidad" se ha usado de manera excesiva y forzada, lo que ha disminuido su credibilidad. También sugiere que los mensajes apocalípticos sobre el cambio climático pueden ser exagerados y que el progreso tecnológico no necesariamente es malo. Concluye que es posible crecer, generar riqueza y ser sostenible al mismo tiempo, y que la sostenibilidad no debería detener el
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Sostenibilidad y crecimiento: equilibrio posible entre ambos
1. Sostenibilidad y crecimiento
Juan Manuel Arias Castro
En el pasado Foro de Davos o en la Cumbre del Clima celebrada en Madrid el pasado mes
de diciembre donde la gran protagonista fue esa niña de nombre Greta y de apellido
impronunciable, que acuñando el término “sostenibilidad” originalmente – aunque muy
pomposo - llegó en un catamarán y su nivel de reconocimiento y de popularidad estuvo en
función a las veces que en su discurso utilizó dicho término o algunas palabras con raíz
semejante.
Así son las modas. Cuando una palabra o expresión “pega”, la usamos hasta donde “no
pega”. Es por eso que ahora los alimentos son sostenibles, las energías son sostenibles, las
personas y hasta los negocios o las empresas deben serlo si no quieren ser motivo de crítica
y verse excluidos y denostados. Lo que ocurre es que estas tendencias suelen ser tan
contundentes como efímeras y que por ese uso tan generalizado y muchas veces tan
forzado, pierden toda su credibilidad y generan un “efecto rebote” en sentido contrario que
afecta muy negativamente a la verdadera esencia que hay detrás de la palabra.
Creo que todos somos conscientes de la necesidad de cambiar ciertos usos,
comportamientos, actitudes en nuestro día a día si queremos que nuestra calidad de vida
no se vea menoscabada gravemente en el medio plazo. Hasta ahí todos de acuerdo y cada
uno debe aportar su granito de arena para conseguirlo.
Sin embargo, los mensajes apocalípticos que tantas veces salen al retortero si no se actúa
en consecuencia, hace que voces también muy respetadas, defiendan con argumentos de
peso lo contrario y nos hagan pensar si de verdad no hay una “mano negra” a la que le
interesa difundir estos mensajes catastrofistas en beneficio propio.
Pareciera que toda forma de progreso, desarrollo tecnológico, mejora industrial fuera algo
malo para el bienestar de la humanidad y de nuestro mundo. Nada más lejos de la realidad.
Es demasiado simplistaequiparar sostenibilidad a“volver a nuestras raíces”,aautenticidad,
a vilipendiar el progreso, a cuestionar el desarrollo de ciertas industrias/empresas sólo por
el hecho de ser rentables y crecer. ¿Por qué es malo crecer? El crecimiento siempre genera
riqueza y esa riqueza bien distribuida y administrada y sin abusos es clave para nuestro
futuro.
¡No seamos fundamentalistas y torpes! Muchas de esas empresas contribuyen aesamejora
de nuestro mundo, aunque no “saquenpecho por ello”.Profundicemos antes de cuestionar
y criticar. Respetemos al que tenemos enfrente y no nos dejemos llevar por primeras
impresiones que muchas veces no son las reales.
2. Preocupémonos en hacer cada uno de nosotros, más que en señalar al resto y no hagamos
demagogia barata porque es “cool” y arrastra votos o audiencias o parabienes de
determinados sectores que suelen ser los que más se movilizan.
Para cambiar las cosas, es necesario dar un giro de 180 grados para que este cambio sea
percibido y ajustar después, en lugar de ir poco a poco. Este “movimiento moderado y
pasito a paso” hace que la gente que se ve afectada no tome conciencia de que hay que
evolucionar, reinventarse, innovar. En resumen, se puede crecer, generar riqueza y ser
sostenible.No estoy de acuerdo en que lasostenibilidadnos detenga, nos pare o nos castre.
Escrito el 26 de febrero de 2020