Un joven plebeyo se enamoró de una princesa y, para demostrar su amor, se sentó bajo su ventana durante 100 días sin comida ni abrigo. Aguantó los elementos sin quejarse con la vista fija en el balcón para ganarse su mano. Conmovida por su sacrificio, la princesa aceptó casarse con él si completaba la prueba. Faltando una hora para terminar, el joven se levantó y se fue sin explicación. Más tarde, reveló que se fue porque la princesa no merecía su amor ya que no