La religión persa antigua adoraba a dioses como Mitra y Anahita. Más tarde, la religión cambió y pasó a conocerse como la religión de Zoroastro, que creía en un dios único llamado Ahura Mazda y rechazaba los sacrificios animales. Esta religión experimentó varios cambios a lo largo del tiempo y llegó a creer en el bien y el mal.