El Imperio Persa se estableció en el 539 a.C. cuando los persas invadieron Babilonia y heredaron el Imperio Asirio. Los aqueménidas, procedentes de Persia, fundaron el nuevo imperio bajo Ciro el Grande y sus sucesores, expandiendo el imperio hasta Egipto y Turquía. El Palacio de Persépolis, construido en 518 a.C., reflejaba las influencias de todo el imperio en su arquitectura y arte, como se ve en los relieves de Darío y Jerjes recibiendo audiencia.