Los tres documentos señalan que la puerta cerrada del local fue el factor principal que causó la asfixia y muerte de 13 personas, y que aunque la policía intervino para detener la fiesta prohibida, sus acciones no fueron las culpables de la tragedia como inicialmente se afirmó, sino que la aglomeración de personas desesperadas por salir fue el detonante del tumulto fatal. Los textos también resaltan la irresponsabilidad de los asistentes al evento por incumplir las normas sanitarias durante la pandemia.