La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el páncreas deja de producir insulina, lo que causa un aumento del azúcar en la sangre y, con el tiempo, daños a los órganos y sistemas del cuerpo como los nervios y los vasos sanguíneos. Las personas recién diagnosticadas con diabetes tipo 1 necesitan monitorear su azúcar en la sangre regularmente y ajustar la dosis de insulina hasta tener un buen control.