La violencia de género facilitada por la tecnología toma muchas formas como la extorsión, compartir imágenes íntimas sin consentimiento, publicar información personal confidencial, ciberacoso sexual, ciberhostigamiento y usar la tecnología para localizar a supervivientes de abusos con el fin de infligir más violencia. La violencia digital tiene consecuencias sanitarias, de seguridad, políticas y económicas para mujeres, niñas, sus familias y comunidades, y la sociedad.