El documento discute la importancia de dominar uno mismo y controlar las influencias externas. Menciona que es necesario cultivar valores internos como el respeto, la paciencia y la valentía para procesar la información que recibimos y formar nuestras propias opiniones en lugar de dejarse manipular. También señala que la conciencia debe guiarse por la iglesia y no actuar de forma autónoma. El dominio propio requiere autocontrol de las emociones y la capacidad de elegir con inteligencia emocional ante cualquier situación.