El documento resume las creencias bíblicas sobre la vida después de la muerte. Indica que en el Antiguo Testamento todos van al Sheol, un lugar de existencia consciente pero sin alegría. En el Nuevo Testamento, el Hades se caracteriza por estar relacionado con la muerte y el castigo. También sugiere que los justos van al paraíso y los malos al Tártaro hasta el Juicio Final, cuando los justos irán al cielo y los malos al lago de fuego o Gehena.