La Drosophila melanogaster, conocida como la mosca de la fruta, es una especie comúnmente usada en experimentación genética debido a que tiene pocos cromosomas, un corto ciclo de vida, y comparte alrededor del sesenta y uno por ciento de los genes humanos conocidos relacionados con enfermedades. Se reproduce rápidamente lo que permite estudiar muchas generaciones en poco tiempo, reemplazando de forma práctica a seres humanos en investigaciones. Fue adoptada por Thomas Morgan a principios del siglo XX como un animal modelo para estudiar