Un CRM se centra en el cliente antes que en el producto y permite a las empresas administrar de manera personalizada sus cuentas más valiosas a través de interacciones con los clientes que incrementan la retención y adquisición. Un ERP planea los recursos de una empresa integrando todos sus departamentos y funciones en un solo sistema. Un SCM es una estrategia que coordina la planificación, ejecución y control de las operaciones de toda la cadena de suministro.