La política económica del gobierno ha sido inconsistente, con un déficit fiscal del 17% del PIB y un aumento de la liquidez de más del 50%. La inflación sigue siendo alta a pesar de una desaceleración en 2012. Para 2013, es inevitable un ajuste fiscal y cambiario a menos que el gobierno aumente la deuda pública a través de nueva deuda externa, deuda interna o emisión monetaria.