La responsabilidad social de las organizaciones implica gestionar éticamente los impactos que genera en el entorno humano, social y natural. La gestión responsable del conocimiento requiere orientar la investigación hacia su responsabilidad social y que participen actores no académicos. Las organizaciones como las universidades generan impactos en la calidad de vida laboral y medioambiental, la formación académica, la gestión del conocimiento y la participación social.