LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Lo Que El Antiguo Y Nuevo Pacto Consisten
1. ¿En que consiste el Antiguo y Nuevo Pacto?
Increíblemente cuando a un creyente cristiano se le hace esta pregunta no saben
contestarla correctamente. La Iglesia Católica en su empeño por separarse de toda raíz
hebrea a lo largo de su historia (caracterizada por la judeofobia y el antisemitismo), ha
hecho que el Protestantismo herede una de las doctrinas más dañinas a su fe, la abolición
de la Ley de Moisés. En este artículo breve pretendo de contestar a la pregunta de forma
sencilla de tal forma que sirva para educar a los creyentes que tienen esta doctrina.
La Ley o Toráh fue dada a Moisés para que este instruyera a su pueblo escogido, Israel,
en las enseñanzas e instrucciones del Eterno para mantener una relación propia entre él y
su pueblo luego de haber sido liberado de la esclavitud de Egipto.
El Antiguo Pacto consistió precisamente en esto: Darles la Ley para que la obedezcan,
y si desobedecen, ofrecer sacrificios para perdonarlas.
El Nuevo Pacto es mejor y está basado en mejores promesas: Hacer que obedezcan la
Ley y perdonar todas las desobediencias hechas contra ella.
¿Cómo se logra esto?
Infundiendo en la voluntad del hombre el deseo de obedecer la Ley. Esto es lo que dicen
los profetas.
(Jeremías 31:33)
éste es el pacto que hare... Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón...
(Ezequiel 36:27)
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Esto fue exactamente lo que hizo el Eterno en su Escogido para que nosotros
aprendamos de él y le imitemos.
He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He
puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones.
(Isaías 42:1 BJ3)
No has querido sacrificio ni oblación, pero me has abierto el oído; no pedías holocaustos
ni víctimas, dije entonces: "Aquí he venido". Está escrito en el rollo del libro que debo
hacer tu voluntad. Y eso deseo, Dios mío, tengo tu ley en mi interior.
(Salmos 40:7-9 BJ3)
Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él.
(1 Juan 2:6 BJ3)
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