El documento argumenta que el arte debe ser considerado como la cuarta competencia básica en la era digital. Señala que los estudiantes usan conocimientos tecnológicos en presentaciones y evaluaciones que incluyen videos y animaciones, y que la tecnología y los sitios web han ampliado las formas en que los estudiantes se comunican. También discute la necesidad de que los maestros usen herramientas adecuadas para enseñar arte y desarrollar competencias relevantes para el mundo laboral.