El documento resume la posición bíblica sobre el bautismo en la Iglesia del Nazareno. Explica que el bautismo no es un medio de salvación ni limpia los pecados, sino que es un mandato de Cristo para testificar públicamente la fe en Él. Se debe bautizar inmediatamente después de creer en Jesucristo como Señor y Salvador y decidir seguirlo, no requiriendo estudios o aprobaciones previas. Cita varios versículos bíblicos que muestran a las personas bautizándose inmediatamente después de creer