Martin era un bichito de luz que lloraba todas las noches porque su luz era pequeña, a diferencia de las brillantes estrellas. Pidió consejo a un sabio caracol, quien le dijo que subiera a la rama más alta de un árbol para darse cuenta que su luz también era importante. Aunque las estrellas seguían estando lejos, Martin entendió que podía iluminar a un pajarito en el nido y se sintió feliz por ser un bichito de luz.