El documento describe el auge de la industria salitrera en Chile entre 1830 y 1930. El gobierno chileno permitió la explotación privada del salitre, cobrando altos impuestos a las exportaciones. Empresarios principalmente británicos se beneficiaron de esto. La industria salitrera llevó al desarrollo de poblados, ferrocarriles y puertos, y atrajo migrantes en busca de oportunidades.