El documento describe el surgimiento del cantonalismo en España durante el verano de 1873 como una expresión del movimiento obrero. En particular, destaca la formación de un cantón independiente en Lebríja, en el sur de España, liderado por miembros de la burguesía media que buscaban mayores beneficios económicos y autonomía provincial. Sin embargo, el cantón de Lebríja tuvo poco éxito y colapsó tras el estallido del cantón de Sevilla, que contó con un mayor apoyo anarquista y de las clases populares.