2. Pastor Daniel Chávez Barahona * shalom4you@hotmail.com * Cel. 931 873 977 * Tel. 450-2511
EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Texto Bíblico: Job 12:3; II Corintios 11:5.
A. INTRODUCCIÓN.
1. El Complejo de Inferioridad es un mal que puede afectar a todos por
igual, pero del cual todos podemos salir más que vencedores.
2. Complejo = En Psicología: Conjunto de ideas, emociones y
tendenciasgeneralmente reprimidas y asociadas a experiencias del
sujeto, que perturban su comportamiento.
3. Las personas que experimentaneste complejo, notarán que este mal
no les permite desarrollar plenamente todo el potencial que Dios les
ha dado.
4. Al sentirse inferiores, se concentran tanto en este asunto (sus
sentimientos y pensamientos sobre sí mismos) que terminan en una
parálisis espiritual; es decir, se estancan en el punto donde creen
que no pueden avanzar más.
El hombre que fue a consultar a un psicólogo y le dice: “Estoy
sufriendo de un complejo de inferioridad”. Luego de varios
exámenes médicos y pruebas psicológicas el doctor vuelve a citar
al hombre y le dice: “Le tengo algunas noticias interesantes. Usted
no tiene complejo de inferioridad, lo que pasa es que usted es
inferior.”
5. Debemos notar que todas las personas no somos iguales en cuanto
a las capacidades mentales o a las habilidadespara hacer algo. Pero
sí tenemos mucha más dotación o capacidad natural de lo que la
mayoría necesitaremos durante toda nuestra existencia en la tierra.
Un científico dijo sobre el poder que hay en la mente humana: “es
casi imposible calcular este fenómeno, pero según lo mejor que
puedo imaginar, si pudiéramos construir una computadora que
pueda hacer todo lo que la mente humana es capaz de hacer, tal
computadora sería tan grande, en cuanto a anchura y
profundidad, que se ocuparía el espacio de la manzana de una
ciudad; y en cuanto a altura, sería como un edificio de 22 pisos.”
6. El poder del cuerpo y la mente que Dios creó en nosotros es
increíble; sin embargo, muchas personas se encogen a sí mismos
por causa de su timidez o sentimientos de inferioridad.
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Analizaremos este complejo y también veremos la forma en que
podemos vencerlo para continuar creciendo y completar nuestro
desarrollo hasta la medida que el Señor ha preparado para nosotros.
B. 3 OBSERVACIONES SOBRE EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD.
1. Los sentimientos de inferioridad no están necesariamente
relacionados con la inteligencia.
Según un estudio, la mayoría de personas que son más
inteligentes (C.I. = 130 ó +) sufren más de sentimientos de
inferioridad que los que tienen menos coeficiente de inteligencia.
2. El complejo de inferioridad no siempre se nota en la superficie.
Normalmente, las personas lo encubren bajo diferentes
apariencias.
Una forma común es adoptando un tipo de personalidad que haría
pensar que la persona más bien tendría un complejo de
superioridad.
Otro método es escudándose en el sarcasmo o la burla hacia los
demás.
3. Los sentimientos de inferioridad no pertenecen solamente a las
personas de condición educativa o económica baja (los pobres), o a
los feos físicamente.
1. Todas las personas de toda condición educativa o económica
pasan por la misma experiencia y tienen que luchar igual contra
esos sentimientos de inferioridad.
Un jugador cristiano de basket en EE.UU. (que era muy bueno
y conocido en el deporte) le dijo a un Pastor que no lo volviera a
invitar a dirigir una oración públicamente porque se sentía
inferior.
2. De igual manera, las personas que no tienen un gran atractivo
físico, no son las únicas que experimentan estos sentimientos de
inferioridad. También hay gente bella que se siente fea.
Si a una persona muy delgada le dicen que está gorda y tiene
este complejo o la autoestima un poco baja, entonces se lo
creerá y se va a preocupar mucho, porque piensa que debe
estar bien para ser aceptada por la gente.
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B. DOS EJEMPLOS BÍBLICOS.
1. El caso de Moisés. Éxodo 3:1-12; 4:1-5,10-12.
Cualquiera diría que este gran varón de Dios no pudo haber tenido
complejo de inferioridad, pero sí lo tuvo.
Moisés cometió un error en su vida que hizo que huyera de Egipto
y se fuera a vivir en un lugar muy lejano (en el desierto de
Madián).
Lo más importante del llamado de Moisés fue que Dios le dijo a él:
“Te enviaré”. Pero él de inmediato pensó en la imagen que tenía de
sí mismo: “Soy un fracasado y no podría hacer eso.”
Los sentimientos de inferioridad no tienen nada que ver con la
humildad. Sentirse inferior no es ser humilde, pero algunos se
esconden tras un manto de aparente humildad, para rechazar el
llamado de Dios y hacer lo que el Señor quiere que ellos hagan...
pero lo ven muy grande y difícil.
El problema de Moisés fue que él estaba enfocándose sobre sí
mismo. Es decir, él estaba mirando lo que no podía y hacer en
lugar de mirar lo que Dios podía hacer a través de él.
Moisés decía: “No puedo ir, no estoy capacitado.” Seguramente,
también estaba poniendo su tartamudez como excusa para no
obedecer a Dios.
2. El caso de Amós. Amós 7:10-17.
Este varón, profeta de Dios, no era un hombre de mucho
conocimiento académico, no era alguien que vestía ropa fina ni
tenía mucha facilidad para hablar elocuentemente como otros
profetas.
Amós era un granjero que se ganaba la vida recogiendo higos
silvestres. Era un hombre de campo, a quien el Señor llamó para
que diera su mensaje al rey y la nación de Israel.
Su mensaje no era muy atractivo para el pueblo, pero él se
dispuso a transmitirlo fielmente.
Como resultado, un sacerdote se incomodó y le dijo que se fuera
a otro lugar. No quería que siguiera ministrando allí.
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A diferencia de Moisés, Amós no puso su mirada en sí mismo, sino
en el Señor que lo llamó. Su confianza no estaba en él mismo, sino
en el Dios que le encomendó esa misión.
“No soy profeta, ni hijo de profeta… y Jehová me tomó de
detrás del ganado, y me dijo: “Vé y profetiza a mi pueblo
Israel.” (7:14,15.)
Amós tenía todas las razones para sentirse inferior, pero no se
sintió así: Tenía al sacerdote principal en contra, al pueblo no le
gustaba el tipo de mensaje que él predicaba, le estaban
indisponiendo con el mismo rey... en realidad, estaba en una
situación muy difícil.
Cualquiera que sea la tarea a la cual el Señor le llama, si usted
hace lo correcto y pone su mirada en Dios y no en sí mismo, con
seguridad siempre saldrá triunfante y victorioso.
C. LAS CAUSAS DEL COMPLEJO DE INFERIORIDAD.
1. Traumas Ocasionados Por Incidentes Infelices.
Hijos que son avergonzados en público por sus propios padres,
estudiantes que son puestos en ridículo delante de sus
compañeros, una esposa que se cae en la calle y el esposo se hace
el loco, una mujer abandonada por su marido, hijos que ven cómo
otros padres sí tratan con amor y respeto a sus hijos, etc.
2. Defectos Físicos.
Lunares, orejas y narices grandes, falta de dientes, gordura,
flaqueza, granos en el rostro, ojos desviados, labios leporinos, etc.
Defectos de nacimiento o heredados de la familia.
Cicatrices o huellas ocasionadas por golpes u operaciones.
3. Falsa Creencia De Que Hay Personas Superiores.
No hay personas superiores, solamente hay diferencia de
mentalidad y formación educativa. Algunos han desarrollado más
que otros sus habilidades.
En nuestro país tenemos varios campeones mundiales en
diferentes disciplinas. Todos ellos lo lograron con mucho
esfuerzo, incluyendo varios que vienen de familias humildes.
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Todos venimos a esta vida con el potencial de desarrollar
ampliamente los dones y capacidades que Dios nos ha dado.
A algunos Dios les ha dado espíritu de inteligencia y
entendimiento; eso quiere decir que a otros no les ha dado este
espíritu, pero les ha dado otros dones, talentos y capacidades
diferentes.
4. Las Carencias Económicas.
“Papá, ¿Por qué nosotros no podemos comprarnos un carro o una
casa nueva? ¿Por qué yo no puedo tener unos juguetes que sean
mejores? ¿Por qué no me puedes matricular en una escuela o
colegio privado? ¿Por qué no me compras mis libros o no puedo
tener uniforme nuevo?
5. Falta De Orientación Amorosa Para La Vida.
Los buenos consejos o recomendaciones no son aceptados cuando
son hechos con rigor o abusando de su autoridad.
Cada nueva generación de jóvenes que no han recibido orientación
hecha con amor entra con desventaja a desenvolverse en este
mundo hostil.
D. RECOMENDACIONES PARA VENCER EL COMPLEJO DE
INFERIORIDAD.
1. Acepte que usted fue diseñado por DIOS tal como usted es
físicamente.
Dios es sabio y nos hizo como Él sabe que debemos ser.
Usted debería aceptarse como es, porque Dios quiso que así fuera.
“Tus manos me hicieron y me formaron.” – Salmo
119:73.
2. Tenga siempre presente que usted aún no es un producto
terminado.
Usted está todavía en el proceso de ser transformado. Eso requiere
tiempo y se terminará cuando Cristo venga y nos transforme
conforme a Su Gloria.
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No se enoje cuando cometa errores o falla en su intento de mejorar
su carácter y personalidad. Cobre ánimo y vuelva a intentarlo una
y otra vez.
“Téngame paciencia, Dios aún no ha terminado su obra en mí.”
“Estando convencido precisamente de esto: Que el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Cristo Jesús.” – Filipenses 1:6.
3. Niéguese a compararse y a ser comparado con otros.
Las comparaciones desmoralizan. Deje de estar mirando las
cualidades de otros que usted no tiene, pues eso sólo le provocará
molestias, amarguras y frustraciones que le irritarán más.
Comience a mirar al Señor y la obra que Él está haciendo en
usted.
“Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la
fe.” – He.12:1
4. Identifique y transforme sus puntos débiles en fortalezas.
Pueden ser falsos temores o traumas ocasionados en el pasado.
Is. 51:12.
Puede ser su falta de formación moral o educativa.
Pueden ser carencias económicas que van condicionando la
mentalidad de su familia a conformarse con lo poco que tienen.
Puede ser la falta de amor en su niñez y adolescencia. Lo puede
conseguir primero en la presencia de Dios y también fortaleciendo
su relación con personas consagradas de la Iglesia.
“No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el
mal.” – Ro. 12:21
5. Adquiera una correcta visión de quién es usted para Dios.
Usted no tiene que hacer cosas para llamar la atención o sentirse
aceptado por los demás. Usted ya ha sido aceptado por Alguien
que está por encima de todas las demás personas.
Si usted aprende a mirarse como Dios le mira, entonces ya no será
afectado por las opiniones o burlas de la gente.
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Para Dios, usted es una persona excelente. Él le mira así, porque
fue creado por Él y Él hace las cosas bien.
“Me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová
Dios.” – I Crónicas 17:17. (RV)
“¡Me has tratado como si yo fuera un hombre importante,
Señor y Dios!” – I Crónicas 17:17. (NVI)