A finales de los años 1930, los educadores estadounidenses comenzaron a llegar a un consenso sobre la organización y selección del plan de estudios. Algunos propusieron agrupar asignaturas en campos amplios como ciencias sociales, mientras que otros defendieron organizar el plan de estudios en torno a los intereses y necesidades de los estudiantes. Aunque la tendencia apuntaba a la integración, la mitad de las escuelas aún enseñaban asignaturas como historia y geografía de forma separada. El debate continuó entre quien