El convento de los capuchinos de Toledo fue construido en el siglo XVII para una comunidad religiosa. Se cree que se ubicó donde antes estuvieron la cárcel pública romana y la iglesia de Santa Leocadia, quien sufrió martirio allí. El convento fue destruido por un incendio en 1810 y reconstruido parcialmente. Más tarde se usó como cuartel militar hasta que fue destruido completamente durante el asedio del Alcázar de Toledo en la Guerra Civil española de 1936,