El hijo de un herrero en un pueblo lejano planeó desafiar al "dueño del tiempo" que vivía en la cima más alta de la montaña. Preparó caballos y mulas y víveres para escalar la montaña, lo que tomó meses de esfuerzo. Al llegar a la cima, encontró una enorme puerta de hierro con la inscripción "Si logras entrar serás dueño del tiempo", pero no tenía herramientas para abrirla. Años más tarde hizo otro intento con más animales y herramientas