El Evangelio de Mateo fue escrito entre los años 80-90 d.C. en Antioquía de Siria para una comunidad judeocristiana que estaba en conflicto con otros grupos judíos como los fariseos. Mateo presenta la vida de Jesús para ofrecer una alternativa al estilo de vida del Imperio Romano y construir la identidad de la comunidad, mientras que también mantiene su herencia judía y se opone a la élite religiosa que colaboraba con Roma.