El Greco fue expulsado de su posición en el Palacio Farnesio en Roma en 1572 y abrió su propio taller. Aunque Miguel Ángel y Rafael habían fallecido, su influencia aún dominaba la escena artística romana. En 1576, El Greco abandonó Roma y viajó primero a Madrid a la invitación del rey Felipe II para decorar el Monasterio de El Escorial. Luego El Greco se mudó a Toledo donde recibió su primer encargo importante para realizar retablos para la iglesia de Santo Domingo el