El habla no se refiere a un acto individual de habla o a la producción de formas lingüísticas, sino al uso social de la lengua. Desde una perspectiva psicolingüística, el habla es la materialización individual de los pensamientos a través de la lengua de una manera característica de cada hablante. El habla depende de la lengua para ser comprensible y la lengua depende del habla para su uso, por lo que existe una relación recíproca entre ambos.