El documento resume una historia en la que tres hermanos debían dividir 35 camellos de acuerdo con el testamento de su padre. Beremís Samir, un hombre conocido como "El hombre que calculaba", ofrece resolver la división al agregar su propio camello a la herencia, permitiendo dividir los 36 camellos de manera justa entre los hermanos y ganando un camello para él en el proceso. Los hermanos aceptan la solución y cada uno queda satisfecho con su parte, resolviendo así el problema de manera equitativa.