El Imperio Romano surgió después de la República Romana y se caracterizó por un gobierno autocrático. Se extendió desde el 27 a.C. hasta el siglo V d.C. y pasó por varias dinastías como los Julio-Claudios, Flavios y Antoninos. El primer emperador, Augusto, consolidó el poder imperial tras derrotar a Marco Antonio y anexionar Egipto como su posesión personal.