El documento habla sobre un ladrón peculiar cuyo único objetivo era robar abrazos. Como robar abrazos no es un delito, el ladrón de abrazos interrumpía parejas que se abrazaban en público para obtener un abrazo. Cuando no podía encontrar parejas abrazándose, asaltaba lugares públicos amenazando a la gente para que le dieran abrazos. Finalmente, el jefe de policía ideó un plan para detener los asaltos creando un puesto de "abrazos gratis" con voluntarios, lo que mantuvo