El niño se acercó a un turista para pedirle una lapicera. El turista no podía darle la suya, pero le ofreció dibujarle un animal en la mano. Rápidamente otros niños se acercaron pidiendo también dibujos. Un niño pequeño le mostró un reloj dibujado en su muñeca que le había mandado un tío de Lima, aunque reconoció que el reloj se atrasaba un poco.
Este escrito nos refleja la situación vivida en Colombia con la problemática de pirámides.
Narra la historia de un familia de origen campesino que a raíz de la inversión de su capital se ven abocados a desplazarse a la ciudad donde vivirán una serie de situaciones trágicas.
Este escrito nos refleja la situación vivida en Colombia con la problemática de pirámides.
Narra la historia de un familia de origen campesino que a raíz de la inversión de su capital se ven abocados a desplazarse a la ciudad donde vivirán una serie de situaciones trágicas.
Comunicación presentada en el foro OCIOGUNE de la Universidad de Deusto en Junio de 2012.
Se trata de un trabajo sobre el método que estamos desarrollando de entrenamiento emocional aplicado a la mejora de las ilusiones.
Los atletas olímpicos de la antigüedad participaban en los juegos movidos por el afán de
gloria, pero sobre todo por las suculentas recompensas que obtendrían si ganaban..
Es una presentación desde el punto de vista histórico, escultórico y pictórico, gracias a la
cual podemos apreciar a través del tiempo como el arte ha contribuido a la historia de
los olímpicos.
Portafolio final comunicación y expresión ll - ivan alarcon .pptxivandavidalarconcata
Los muros paramétricos son una herramienta poderosa en el diseño arquitectónico que ofrece diversas ventajas, tanto en el proceso creativo como en la ejecución del proyecto.
2. ¿Qué reloj veía el niño?
Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco.
Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo,
mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar,
enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una
lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, por que la estaba
usando en no sé que aburridas anotaciones, pero le ofrecí
dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré
rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado,
que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y
frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y
quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no
faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que
no alzaba mas de un metro del suelo, me mostró un reloj
dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo
-Y anda bien -le pregunté
-Atrasa un poco -reconoció.
Idea y fotografía: Manuel y Lía
3. La primera vez
Diego no conocía la mar, el padre lo llevó a
descubrirla.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos
esperando. Cundo el niño y el padre alcanzaron por
fin aquellas cumbres de arena, después de mucho
caminar, la mar estalló entre sus ojos y fue tanta la
inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño
quedó mudo de hermosura. Y cuando por fin
consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a
su padre:
-¡Ayúdame a mirar!
Idea y fotografía: Inés e Isabel
4. Miedo a lo desconocido
Una mañana, nos regalaron un conejo de india. Llegó
a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la
jaula. Volví a casa al anochecer y lo encontré tal
como lo había dejado; jaula adentro, pegado a los
barrotes temblando del susto de la libertad.
Idea y fotografía: Lucas y María