Este párrafo enfatiza la importancia de que los ministros experimenten personalmente la verdad bíblica en sus propias almas. Indica que si la verdad no es experimentada de esta manera, será rechazada por los oyentes como un error. Además, señala que la Biblia contiene el consejo infalible de Dios y que debe ser estudiada cuidadosamente y sus enseñanzas aplicadas prácticamente para capacitar a los ministros. Finalmente, subraya que la Palabra de Dios penetra el corazón del pecador