Un perrito estaba jugando afuera cuando empezó a llover. Se metió dentro de un agujero de un árbol y se encontró en un lugar mágico donde vivían muchos perros sin dueños. Al principio tenía miedo porque no reconocía los olores ni sabía cómo comportarse, pero otro perro le explicó que allí cada uno podía hacer lo que quisiera y tenía suficiente comida y protección. El perrito disfrutó corriendo y nadando, pero luego despertó y se dio cuenta que había sido solo un sueño.