el principito

1. 2015
[SUBTÍTULO DEL DOCUMENTO]
ALUMNO: HERNANDEZ ROJAS LUIS FERNANDO
[NOMBRE DE LA COMPAÑÍA] | [Dirección de la compañía]

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Este libro está narrado por un joven que cuenta su historia de niño todo comenzó
cuando se encontraba
leyendo un libro de aventuras
el trataba de representar la
ideología del libro a base de
dibujos pero cuando el
mostraba el dibujo a la gente
mayor su respuesta era que
no sabían lo que el dibujaba
pensaban que era un simple
sombrero
Dibujo 1 y dibujo 2
Así que le aconsejaron tener más interés a otras cosas como las matemáticas, la
historia, la lectura.
El joven después de que pasara el tiempo aprendió a pilotar aviones y vivió mucho
tiempo con personas grandes y serias, cuando el recordaba sus dibujos se los
enseñaba a la gente, pero nadie entendía su obra se arte.
UNA
HISTORIA
UNA
AVENTURA
[CITARSU FUENTE AQUÍ.]

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Pasaba el tiempo y el vivió solo y sin nadie con quien hablar verdaderamente, tuvo
que hacer un vuelo al desierto de Sahara.
El motor del avión se había descompuesto y como no llevaba mecánico ni
pasajero tuvo que arreglar su problema el solo esa era una cuestión de vida o
muerte.
Su primera noche el paso en el desierto en la arena tuvo que dormir a unas
cuantas millas de la ciudad habitada más próxima alejado de todo.
Al amanecer lo despertó una voz que le decía;
--¡por favor…píntame un cordero!
--¿He?
--¡píntame un cordero!
El joven al escuchar esta voz se levantó de un salto y se froto los ojos, miro
a su alrededor y se encontró con un muchachito extraordinario deseoso de
que le dibujara un cordero, pero él había recordado que la gente grande era
la culpable de que el dejara su magnífica carrera de pintor a los seis años de
edad y que no sabía cómo dibujar un cordero y que solamente sabía dibujar
boas devorando elefantes
Asombrado por aquel muchachito que parecía que no estaba perdido, ni cansado,
ni muerto de hambre, ni de sed y no hay que olvidar que me encontraba a unas
mil millas de distancia de la ciudad próxima más habitada con la voz medio
cortada le pregunte

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— Pero… ¿qué haces tú por aquí?
Y el respondió muy suavemente
— ¡Por favor… píntame un cordero!
El, con miedo y con misterio de aquel muchachito, le obedeció, pero le dijo que él
no sabía dibujar muy bien así que saque de mi bolsillo una hoja de papel y una
pluma fuente, recordé que había estudiado especialmente geografía, historia,
cálculo y gramática y pues algo malhumoradle dijo que no sabía dibujar.
— ¡No importa! —Me respondió—, píntame un cordero
Como él nunca había dibujado corderos realizo para el uno de los dos mejores
dibujos que solo sabía hacer el de la serpiente cerrada quedo estupefacto cuando
escucho al hombrecito decir
--¡NO, no!-- Yo no quiero un elefante en una serpiente, la serpiente es muy peligrosa
y el elefante ocupa mucho espacio, en mi tierra todo es muy pequeño.
Yo necesito un cordero, píntame un cordero
Dibujé un cordero. Lo miró atentamente y dijo:
--¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro. Volví a dibujar

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Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia. --¿Ves? Esto no es un cordero, es
un carnero. Tiene Cuernos… Rehíce nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual
que los anteriores
—Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.
Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garrapateé
rápidamente este dibujo, se lo enseñé, y le agregué
—Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el
rostro de mi joven juez se iluminó: --¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea
necesario mucha hierba para este cordero? --¿Por qué? — Porque en mi tierra
es todo tan pequeño… Se inclinó hacia el dibujo y exclamó: --¡Bueno, no tan
pequeño…! Está dormido… Y así fue como conocí al principito
Le costó mucho tiempo comprender de donde venía .El principito que me hacía
muchas preguntas y parecía no oír las mías, fueron preguntas al azar las que poco
a poco le fueron revelando todo. Así cuando distinguió mi avión me pregunto:
--¿Qué cosa es esa?-- Eso no es una cosa, eso vuela, es un avió, mi avión. Se
sentía orgulloso al decirle que volaba
--¡como!--¿Has caído del cielo? Si le dije modestamente
Al escuchar esto el principito lanzo una graciosa carcajada entonces añadió: el
joven me gusta que mis desgracias se tomen enserio y le pregunto entonces
¿Tú también vienes del cielo? ¿De qué planeta eres tú?
Al principio el joven diviso una luz en su presencia así que se atrevió a preguntarle
bruscamente

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--¿Tu vienes, pues de otro planta?— Pero no me respondió, movía lentamente la
cabeza mirando detenidamente mi avión
Entre tantas preguntas que me hacía y que parecía no escuchar las mías poco a
poco fue comprendiendo todo me imagine que no podía venir de muy lejos
— ¿De dónde vienes, muchachito? ¿Dónde está "tu casa"? ¿Dónde quieres
llevarte mi cordero? Después de meditar silenciosamente me respondió: —Lo
bueno de la caja que me has dado es que por la noche le servirá de casa. —Sin
duda. Y si eres bueno te daré también una cuerda y una estaca para atarlo
durante el día. Esta proposición pareció chocar al principito. — ¿Atarlo? ¡Qué idea
más rara! —Si no lo atas, se irá quién sabe dónde y se perderá…

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