El documento explora el significado del saludo y la salud a través de la visitación de María a Isabel según el pasaje bíblico. Explica que el saludo de María fue una bendición que trajo alegría y fuerza vital a Isabel, representando la acción sanadora de Jesús de sembrar salud entre la gente. Finalmente, resume que el saludo de la visitación fue un compromiso de fe de María para estar y alegrarse con su prima Isabel.

1. EL SALUDO DA SALUD Y ANIMA LA FE.
Queridos amigos: En el pasaje evangélico de hoy, hay una frase que va a centrar
la reflexión de este domingo. Dice Isabel a María:” en cuanto tu saludo llegó a
mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre”. (Lc. 1, 44).
La idea de un Dios que salva a sus fieles es común en todas las religiones.
Eso es señal de que, a veces, nos vemos en peligro, sin protección, esclavizados
y necesitamos ser curados, rescatados y salvados. Dios quiere la salvación de
todos. (Iª.Tim. 2, 4). Por eso, envió a su Hijo como salvador del mundo.
(1ª.Jn. 4, 14).
Si la enfermedad se concibe, ante todo, como “un estado de flaqueza y de
debilidad” (Sal. 38, 11), la salud supone una cierta plenitud de fuerza vital.
Tal vez, por eso, la salud es la primera preocupación de las personas: “lo
primero es la salud”; que Dios nos dé salud”; “la salud no se paga con nada”.
Jesucristo pasó su vida sembrando salud. Esta acción sanadora de Jesús, es el
rasgo que mejor caracteriza al Mesías, al enviado de Dios.
A esta acción es a la que nos invita hoy la visitación de María a Isabel: a saludar,
que es dar salud =salud-dar.
María, a través del saludo, desea el bien a su prima Isabel.
El saludo es como una especie de bendición, aunque sea sencilla y cotidiana.
El saludo, es expresión de valoración, de estima, de reconocimiento y de amor.
El saludo, es tender un puente de relación entre los que se saludan.
Por eso, quien niega el saludo es porque está herido, resentido o enfermo.
Quien saluda, es porque no quiere “pasar de largo”, sino que se detiene para que
el otro le sienta cercanos. Y es que quien se detiene y se siente cercano, ayuda a
descubrir deseos y cualidades, alegrías y necesidades, salud y serenidad..
El saludo, es expresión y reflejo de lo que vivimos y sentimos en nuestro
interior.
La salud, en su más amplio sentido, según el beato Juan Pablo II, “es la armonía
de los seres humanos consigo mismo y con el mundo que les rodea”.
El saludo de la visitación de María a su prima Isabel fue un compromiso de fe:
Un compromiso de “estar con”, “de alegrarse con”, “de creer con” y de servir
a” su prima Isabel.
Señor, ven pronto, y ayúdanos a ser “promotores de salud”.
Gabriel.
4º. Domingo de Adviento. Ciclo. C. Madrid. 23 de Diciembre de 2012.