1. Electricidad.
¿Qué és la electricidad?
La electricidad tiene dos conceptualizaciones para definirla, bien diferenciadas. Una,
que justifica su nicho como rama del saber en la propia ciencia; y otra, que la define
como energía.
Como rama de la ciencia, la definimos como la ciencia que estudia los fenómenos
eléctricos, éstos se verán a continuación.
Como energía, esta basada en las propiedades que tienen los diferentes elementos o los
materiales para atraer o repeler los electrones, y, que dan lugar y objeto como estudio
dentro de la rama de la ciencia, a los fenómenos físicos, como el calor, la luz, los
campos magnéticos, etc.
Para comprender la electricidad como ciencia, es necesario conocer la constitución
general de los materiales.
Los materiales están constituidos por átomos, y éstos, a su vez, por electrones,
protones y neutrones.
Los electrones tienen carga eléctrica negativa, los protones la tienen positiva y los
neutrones no tienen ningún tipo de carga.
Sabiendo esto, podemos decir, que un material es eléctricamente neutro, cuando el
número de electrones es igual al de los protones.
También, debemos saber que los protones se encuentran en el núcleo del átomo y que
los electrones circulan alrededor del núcleo, como sí de un sistema planetario se
tratase. Es sumamente necesario comprender que los electrones, se disponen en
diferentes capas o niveles alrededor del núcleo, pero lo más importante para la
electricidad, es que el último nivel, el más exterior, es el nivel de la valencia y
dependiendo del número de electrones alojados en él, el material será un aislante, un
semi-conductor o un conductor.
Electricidad. Sus fenómenos físicos.
2. Uno de los fenómenos físicos característicos de algunos materiales es la electrización.
Éste fenómeno ocurre cuando se varía la cantidad de electrones de los átomos que
componen dicho material. Los neutrones y los protones, al estar fuertemente ligados en
el núcleo, no participan de este fenómeno. La electrización se puede producir por
frotamiento, por presión y por calentamiento, todo dependerá del material que deseemos
electrizar.
Cuando electrizamos un cuerpo puede suceder que los electrones se queden sobre ese
cuerpo, entonces deberemos hablar de electricidad estática. Pero cuando los electrones
se desplazan, entonces tenemos que entenderlo como corriente eléctrica.
La ley de coulomb es la que nos define que cantidad de carga eléctrica tiene un cuerpo,
se designa por "C" y a la unidad se la llama culombio. Un culombio viene a ser 6,3
trillones de electrones.
Al desplazamiento de electrones a través de un conductor, se le llama corriente
eléctrica y es otro de los fenómenos de la electricidad. En la dirección en que se
desplacen los electrones tendremos el sentido de la corriente eléctrica que será siempre
desde el polo negativo al polo positivo, pero ojo, por un convenio internacional se
estableció justamente al revés, es decir, el sentido va desde positivo a negativo.
Como supongo que sabéis, hay dos tipos de corrientes eléctricas, la continua y la
alterna. Las diferencias entre las dos son:
1. La corriente alterna, como su nombre indica, cambia de polaridad, según una
frecuencia o periódo de tiempo, unas cincuenta veces por segundo, por este motivo,
podemos hablar de 50 Hz como frecuencia de la corriente eléctrica en nuestras casas.
Hz es la unidad de frecuencia (hertzios).
2. La corriente continua es la generada por pilas o baterias, mientras que en alterna se
genera con un generador o alternador.
Antes hemos hablado de la ley de coulomb, ahora nos referiremos a ella para definir la
intensidad de corriente, que no es otra cosa que la división de los culombios o carga
eléctrica entre el tiempo que tarda en hacerlo. Para medir físicamente la intensidad
eléctrica se utiliza un aparato llamado amperímetro, siempre conectado en serie al
conductor que deseamos medir, nunca en paralelo, porque si lo hacemos en paralelo,
fundiríamos el fusible que suelen acompañar a éstos aparatos de medición. La
intensidad tiene como unidad el amperio (A).
3. La diferencia de potencial o tensión es entre dos puntos. Imagínate por un momento
una pared, divide esa misma pared en dos partes desiguales trazando una línea paralela
al suelo y a las tres cuartas partes de altura respecto al suelo. Por un lado, tendrás una
medición entre el suelo hasta el techo, por otro lado, tendrás otra medición entre el suelo
y la línea trazada, y por último, tendrás otra medida entre la línea y el techo; si lo
extrapolamos a la electricidad, tendriamos tres tensiones diferentes o tres diferenciales
de potencial. Ahora, si decidimos que la línea trazada debe tener el valor de 0,
tendremos que la primera tensión (del suelo al techo) es negativa (tiene más trozo de
pared por debajo de la línea trazada), que la segunda tensión, de la línea al suelo es
negativa y que la tercera tensión, de la línea al techo es positiva. Esto se observa mejor
con un dibujillo.
La unidad de la tensión es el voltio (V). El aparato para medir la tensión se llama
voltímetro y se conecta en paralelo al elemento eléctrico que queremos medir. Dentro de
dichos elementos no cuenta el conductor único, porque no hay una diferencia de
potencial. Cuando nos referimos a elementos, en este caso, lo hacemos respecto a una
resistencia, bobina, condensador, dos conductores, etc.
Respecto a la temperatura, hay que explicar que los metales ideales son aquellos que
son totalmente conductivos, es decir, que no presentan resistencia. Algunos de estos
metales, se convierten en ideales cuando están en temperaturas de cero grados o
próximas a cero grados. Sabiendo ésto, podemos deducir fácilmente, que al aumentar la
4. temperatura, se incrementa la resistencia que tiene el metal para dejar pasar la
electricidad. A esta resistencia, se le llama resistividad, y la podemos saber por medio
de unas tablas, en las que vemos específicadas las temperaturas y la resistividad de cada
metal, al cual llamamos coeficiente de resistividad. Para saber la resistencia, teniendo en
cuenta la resistividad, disponemos de la siguiente fórmula:
Pero disponemos de otra clase o tipo de resistencia, que es la resistencia que presentan
otros materiales distintos de los metales. Éstas resistencias son las que vulgarmente
conocemos como resistencia y las empleamos para reducir la intensidad o la tensión de
un circuito. Tanto este tipo de resistencia como la resistividad tienen como unidad el
ohmio (Ω) y se puede medir con un óhmetro conectado en paralelo al elemento que
deseamos medir.
Un circuito eléctrico lo definimos como un conjunto formado por una fuente de energía
(pila, generador, etc.), los conductores que distribuyen la energía, y los elementos
eléctricos que reciben dicha energía (resistencias, bobinas, etc.).
Dicho esto último, podemos hablar de la ley de ohm, que dice: La intensidad de
corriente que recorre un conductor es directamente proporcional a la tensión aplicada
entre sus extremos e inversamente proporcional a la resistencia del circuito.
Otro de los fenómenos propios que produce la electricidad es el calor, al que se le
denomina el efecto de Joule, y por supuesto, la podemos explicar como una ley, que
nos dice: La energía térmica que se produce en un circuito eléctrico depende de la
intensidad de la corriente, de la resistencia y del tiempo que circule la corriente.
Tenemos otro fenómeno producido por la electricidad, como es la luminosidad. Por
citar un ejemplo, el efecto luminoso producido en una lámpara o bombilla, es un efecto
directo del calentamiento de un filamento que une los dos polos de la lámpara o
bombilla.
La electricidad también genera efectos químicos, como es el fenómeno de la
electrólisis, que consiste en la descomposición de las moléculas que forman una
sustancia, este fenómeno se produce gracias al paso de una gran intensidad de corriente.