El documento discute los argumentos a favor y en contra del uso de uniformes escolares. A favor, los uniformes promueven el sentido de pertenencia y reducen las distinciones de clase. En contra, los uniformes infringen la individualidad de los estudiantes y representan un gasto para las familias. El documento concluye que se necesita más estudio sobre cómo los estudiantes se sienten sobre los uniformes y posibles alternativas a los códigos de vestimenta actuales.