Este documento discute la relación entre el diseño y la cultura. Argumenta que el diseño y la cultura están fuertemente ligados e influyen mutuamente, ya que el diseño cambia cuando cambia la sociedad y su cultura. También sugiere que el diseño actual ha perdido su enfoque en las necesidades humanas reales y ha llevado a un consumismo descontrolado. Propone que el diseño debe basarse en mejorar la calidad de vida de las personas y reflejar la identidad cultural de una sociedad.