Un chico pobre recibió una invitación al baile real pero no tenía un traje para ir. Llamó a su hado madrino para pedir ayuda. El hado le concedió el deseo y le dio un hermoso traje de pingüino. Sin embargo, el chico no tenía cómo ir al baile, así que el hado intentó darle un carruaje a pesar de sus dificultades. Finalmente, el hado logró darle un carruaje y el chico pudo asistir al baile y bailar con la princesa.