Los investigadores encontraron que casi mil estudiantes menores de 25 años mostraron síntomas de adicción a la tecnología. Muchos estudiantes expresaron sentirse deprimidos o tristes al no poder acceder a Internet, llamar por celular o usar redes sociales. Los estudiantes indicaron que sus dispositivos electrónicos, especialmente sus teléfonos móviles, se habían convertido en extensiones de sí mismos.